Una familia solÃa reunirse todos los domingos en la casa de la abuela para comer. La abuela tenÃa una mesa grande y antigua que habÃa heredado de sus padres. A los niños les encantaba sentarse en ella y escuchar las historias que les contaba. Un dÃa, la abuela murió y la mesa pasó a manos de su hijo mayor. Él pensó que la mesa era demasiado vieja y fea, y la vendió a un anticuario. Los demás hijos y nietos se sintieron tristes y enfadados, porque habÃan perdido un sÃmbolo de su unión familiar.
Moraleja: No te deshagas de lo que tiene un valor sentimental para ti y para los tuyos. Lo material se puede reemplazar, pero lo que representa no.