Un hombre tenía un árbol de manzanas en su jardín que daba frutos deliciosos. Un día, decidió cortarlo porque le quitaba espacio y luz. Cuando lo hizo, se dio cuenta de que el árbol estaba hueco por dentro y que solo se sostenía por la fuerza de sus raíces. Entonces, se arrepintió de haber destruido algo tan valioso y que le había dado tantas alegrías.
Moraleja: No desprecies lo que tienes sin conocer su verdadero valor. A veces, lo que parece insignificante es lo que más nos sostiene y nos da vida.